El miércoles 14 de noviembre se llevó a cabo el segundo encuentro del Foro de Pensamiento Peronista en la Casa de Galicia, a través de una cena-debate.
Siguiendo una tradición cultural de los argentinos, compartimos el pan (como
corresponde a quienes somos compañeros), el vino, la tortilla acompañada de
jamón crudo y cocido, unas costillas de cerdo salseadas con papas fritas y un
helado.
Quienes no
pudieron comer nada de eso como es debido fueron nuestros compañeros y amigos
Jorge Castro y Archibaldo Lanús, ya que ambos se dedicaron a ofrecernos ricas e
iluminadoras exposiciones acerca de la Argentina en el mundo de hoy, tema elegido
conforme a la enseñanza que nos legó el general Perón en cuanto explicaba que
toda política es internacional. Al final del post, se halla transcripta la intervención de Jorge, y un resumen de los expuesto por Archi.
Antes de que
hablaran Castro y Lanús, se informó de las principales actividades llevadas a
cabo desde el Foro de Pensamiento Peronista, desde que lo dejáramos formado en
las reuniones que realizamos el viernes 12 y el sábado 13 de octubre pasados,
sesiones que fueron abiertas con un discurso del secretario general de la CGT , compañero Hugo Moyano y
cerradas con la palabra del secretario general de las 62 Organizaciones
Sindicales Peronistas, compañero Gerónimo “Momo” Venegas.
Se mencionó que
dejaremos conformada una comisión integrada por un representante de cada uno de
los núcleos que convergimos en el Foro (Causa Argentina, Revista Consensos,
FARO, IPUNAC, FEJ y Peña Eva Perón) a fin de coordinar las actividades
programadas, que está en proceso de armado un blog del Foro de Pensamiento
Peronista que será un espacio virtual y libre para exponer ideas y mantenernos
comunicados, se leyó una breve declaración del Foro acerca del 8-N, un breve extracto de la cual se publicó en
Clarín, Los Andes y algunos otros medios y se dio cuenta del acuerdo
establecido con el compañero Hugo Moyano para dar pasos conjuntos hacia la
institucionalización y reorganización democrática del Movimiento Peronista.
Por fin, tras
las dos presentaciones de quienes fueron nuestros invitados especiales y con la
única limitación del tiempo disponible, varios compañeros dieron su opinión
acerca de lo expuesto por Castro y Lanús, los compañeros Giménez de Mendoza y
Enrique Thomas (presidente del Bloque Frente Peronista de la Cámara de Diputados de la Nación ), propusieron que
las actividades del Foro de Pensamiento Peronista no queden circunscriptas a
Buenos Aires y se extiendan a otros lugares del territorio nacional, con lo que
se acordó y quedó planteado realizar una segunda cena-debate en diciembre, de
cuya fecha precisa, lugar y temas a considerar informaremos por este medio.
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(TEXTO DE LA EXPOSICIÓN DE JORGE CASTRO EN EL ENCUENTRO DEL
FORO DE PENSAMIENTO PERONISTA REALIZADO EL MIÉRCOLES 14 DE NOVIEMBRE)
Es
sumamente auspicioso que el Foro de Pensamiento Peronista focalice su mirada en
lo que sucede en el mundo. Hace más de 40 años, en su libro “ La Hora de los Pueblos”, Perón
dijo que “en el mundo de hoy, la política puramente nacional es una cosa casi
de provincias. Lo único que importa es la política internacional, que se juega
adentro y afuera de los países”.
Esta
definición constituye la antítesis de la actitud asumida sistemáticamente por
el actual gobierno, que supedita en todos los casos las decisiones de
política exterior a las exigencias de la política doméstica de corto
plazo, con la consecuencia de un aislamiento internacional cada vez más
acentuado que ha quedado emblemáticamente reflejada en el episodio de la Fragata Libertad ,
que constituye un acto de humillación nacional.
La
advertencia de Perón en “La Hora
de los Pueblos” tiene hoy más vigencia que nunca. Hay una nueva situación
mundial y la Argentina
se encuentra frente a ella ante una extraordinaria oportunidad histórica.
CAMBIO
DE LIDERAZGO
El
dato estratégico central de esta nueva situación mundial, luego del punto de
inflexión histórico que fue la crisis global 2008/2009, es que la globalización
del sistema mundial es liderada ahora por los países emergentes (China, India y
Brasil) y no por EE.UU.
El
último informe de la
Organización de Cooperación para el Desarrollo (OCDE), el
club que nuclea a las 34 economías altamente desarrolladas, pronostica que
antes de que finalice esta década el PBI de China superará al de Estados
Unidos. En otros términos, Xi Jinping, el flamante Secretario General del
Partido Comunista Chino ungido por el Congreso del Partido reunido en Beijing,
será el lider de la primera potencia económica mundial. En consecuencia, Barack
Obama en la presidencia de Estados Unidos será la cabeza el presidente de la
segunda potencia económica mundial.
El
traslado de poder mundial al mundo emergente (de Occidente a Oriente, de Norte
a Sur, del Atlántico al Pacífico) implica una reducción drástica de la pobreza
en el mundo y la emergencia de una clase media global, ante todo en Asía y
América Latina.
DESPUÉS
DE LA CRISIS DE
2008
¿Qué
ha surgido de la crisis financiera mundial de 2008/2009? Tres son sus efectos
principales. En primer lugar, un nuevo sistema de poder mundial, caracterizado
por el fin de la hegemonía unipolar estadounidense, que duró 17 años
(1991-2008) y que ha sido sucedida por una plataforma permanente de
gobernabilidad del sistema global, expresada en el G20, constituida básicamente
por Estados Unidos y China, con una creciente presencia de India y Brasil.
En
segundo lugar, un nuevo mecanismo de acumulación global, cuyo eje son los
países emergentes (China, India, Brasil), que crecen ahora sobre la base de su
demanda interna y del aumento del consumo masivo y popular, y ya no sólo a
través del alza incesante de sus exportaciones.
En
tercer lugar, una nueva revolución tecnológica, con eje en Estados Unidos,
caracterizada por una interconexión cualitativamente superior de la economía,
la sociedad y las instituciones políticas, y que es un fenómeno tanto
técnico como cultural.
Este
salto cualitativo de la integración mundial se realiza a través de una continua
y acelerada reestructuración tecnológica y organizativa de todas las
instituciones sociales, políticas y económicas, que produce niveles de aumento
de la productividad hasta ahora nunca alcanzados.
NUEVO
SISTEMA DE GOBERNABILIDAD MUNDIAL.
El
paso del unilateralismo al multilateralismo de la política exterior de EE.UU.,
ratificado políticamente con la reelección de Obama, adquiere carácter
estructural después de la crisis financiera global 2008/2009.
Por
su naturaleza, este sistema sustituye al unilateralismo norteamericano de los
17 años transcurridos entre 1991 y 2008, sustentado en la estructura unipolar
del poder mundial, cuyo eje, surgido de los hechos, no de la intencionalidad de
George W. Bush o de los neoconservadores, era Estados Unidos.
Este
nuevo sistema de poder global, cuya plataforma de gobernabilidad es el G-20,
que ha sustituido en los hechos al G-7, y cuyo liderazgo efectivo se reduce al
G-2 (EE.UU./China), tiene un carácter crecientemente desterritorializado,
porque se funda sobre la tendencia básica de la época, que es la globalización,
que es el mundo de flujos, no de espacios territoriales.
En
esta visión, la globalización es la integración mundial del capitalismo
realizada por la tecnología, las empresas transnacionales y los flujos de
capital. El G-2/G-20 se transforma en el poder capitalista dominante. Tiene los
recursos y el vínculo estructural que le permiten fijar pautas, reglas y normas
que constituyen el poder en el mundo de hoy.
China
se convirtió en la principal acreedora de EE.UU. en septiembre de 2008, cuando
su tenencia de títulos del Tesoro alcanzó 739.600 millones de dólares. Hoy dispone de más 3.200 billones de dólares de reservas y
es titular de 1.5 billones de dólares de bonos del Tesoro estadounidense.
Lo
que está en marcha entre EE.UU. y China no es un equilibrio de poderes ni un
proceso de dominación territorial (imperial), sino un acuerdo estratégico, de
alcance global, entre las dos superpotencias.
CAMBIOS
EN ESTADOS UNIDOS
En
los últimos veinte años se ha producido una aceleración extraordinaria del
proceso de globalización, que en su notable dinamismo parece revelar un cambio
cualitativo, de tipo estructural, que sería una nueva fase en la historia de la
acumulación capitalista. Lo decisivo es que la producción mundial se fragmenta
geográficamente a un ritmo sin precedentes, con el objetivo de minimizar
costos.
Más
de 40% del total del comercio internacional de mercancías de Estados Unidos es
ya intrafirmas globales. Es realizado por empresas transnacionales que venden
productos fragmentados (bienes intermedios) a sus asociadas y afiliadas
ubicadas en el resto del mundo[1].
Hoy,
en Estados Unidos, las empresas transnacionales son responsables de 67% de las
exportaciones. En el sector manufacturero, la inmensa mayoría de esas
exportaciones son bienes intermedios. La casi talidad de las exportaciones de
las empresas transnacionales del sector manufacturero a sus asociadas o
afiliadas en el resto del mundo está constituida por bienes intermedios,
para su posterior ensamblaje o procesamiento.
Las
transnacionales radicadas en EE.UU. representan ya el 40% del producto de todas
las empresas no financieras, así como la totalidad, prácticamente, del
aumento de la productividad del trabajo de esos sectores en los últimos 10
años.
El
sector transnacional representó el 100% del incremento de la productividad del
trabajo de toda la economía norteamericana en el período 1995-2005, salvo en el
sector agrícola. Esto significa que duplica la productividad del resto y que su
participación en el incremento de la tasa productividad es más del doble
que su contribución al producto bruto interno.
También
aumentó significativamente la desocupación, que se duplicó entre 2008 y 20010
(de 4,6% a 9,6% de la población económicamente activa). Es el resultado de una
fase de estancamiento económico acompañada por un incremento extraordinario de
productividad.
NUEVA
REVOLUCIÓN TECNOLÓGICA
El
ciclo capitalista no se mide por el aumento de la demanda o el crecimiento del
producto sino por la tasa de ganancia. La punta de lanza de la rentabilidad
estadounidense corresponde a las empresas de alta tecnología. Las tres
principales son Apple, Google y Microsoft. Estas empresas tienen una formidable
liquidez y una enorme capacidad de compra de empresas periféricas, en Estados
Unidos y en el resto del mundo.
Hay
una nueva revolución tecnológica en Estados Unidos, en que el acceso a Internet,
y por lo tanto las operaciones de las empresas en la red, se realizan a través
de una pluralidad de instrumentos individualizados y portables, y no más
mediante computadoras personales. Es la “cloud computing”, computación en la
nube. Esta simbiosis entre telecomunicaciones e Internet, que es un fenómeno
esencialmente norteamericano, modifica las condiciones de la acumulación
global.
Las
raíces de los grandes ciclos de innovación no son sólo tecnológicos, sino
también culturales. Expresan una época, una forma de ver las cosas. Dice Martín
Heiddeger, “la esencia de la técnica no es técnica, sino cultural”.
En
la tecnología de la información, el mundo de Bill Gates, Steve Jobs y Mark
Zuckenberg, se ha desatado en los últimos cinco años una nueva oleada de
cambios tecnológicos que originó, a través de un verdadero espasmos de
creatividad, un sistema global hiperconectado, fundado en una instantaneidad
convergente y personalizada (Facebook), que es la mayor transformación desde el
surgimiento de las computadoras personales en la década del 80 y de Internet en
la década del 90.
Este
liderazgo tecnológico permite que, según acaba de informar la Asociación Internacional
de Energía (AIE), Estados Unidos esté a punto de convertirse en el primer
productor mundial de petróleo, lugar del que desplazará en 2020, a Arabia
Saudita y antes- en el 2015- será el primer productor mundial de gas, dejando
atrás a Rusia.
Este
cambio de fondo es el producto del desarrollo de nuevas tecnologías que
permiten la explotación de los recursos energéticos no convencionales
(“shale oil” y “shale gas”). Vale apuntar que la Argentina , gracias a
los yacimientos de Vaca Muerta, en Neuquén, constituye la segunda reserva
mundial de recursos energéticos no convencionales.
Esto
significa que en pocos años más Estados Unidos dejará de ser importador de
combustibles y pasará a convertirse en exportador de energía. La industria
norteamericana tendrá una fuerte alza de competitividad internacional.
EL
ASCENSO DE CHINA
La
transnacionalización de la economía estadounidense tiene su correlato en la
creciente irrelevancia de la distinción tradicional entre “centro” y
“periferia”. El boom exportador chino se manifiesta cada vez más en una
ecuación de dos componentes: trasnacionalización y alta tecnología.
El
60% de las exportaciones chinas es obra de las empresas transnacionales y el
30% de sus exportaciones son productos de alta tecnología. Y en este
sector, que es el de más rápido crecimiento, la participación de las
transnacionales es de más del 80% del total.
Hoy
los países emergentes, liderados por China, representan más de la mitad del
producto industrial global. Históricamente es la culminación del despliegue
mundial de la
Revolución Industrial que comenzó en Gran Bretaña en 1780, y
que ha llegado a todo el planeta.
El
punto de inflexión histórico fue un acontecimiento geopolítico: el colapso por
implosión de la Unión
Soviética en 1991, que acarreó la unificación del sistema
mundial. Indica la OCDE
que este vuelco de la riqueza mundial no es un fenómeno transitorio, sino un
cambio estructural de alcance histórico, irreversible.
EL
IMPACTO DE LA
GLOBALIZACIÓN
Tres
son los desarrollos fundamentales que se produjeron desde entonces. En primer
lugar, el shock laboral y salarial provocado por la duplicación de la fuerza de
trabajo mundial. La plena integración al sistema capitalista de China, India,
la ex Unión Soviética y los países integrantes del ex bloque comunista de
Europa Oriental, incorporaron una nueva fuerza laboral de 750 millones de
trabajadores, 450 millones y 300 millones, respectivamente.
El
resultado fue que se duplicó la fuerza de trabajo del sistema capitalista, en
lo que constituyó la mayor ampliación de su historia. En términos económicos,
esta duplicación redujo a la mitad la relación capital/trabajo y disminuyó en
una proporción semejante el costo laboral, sobre todo el menos calificado. Al
mismo tiempo, la rentabilidad del capital se multiplicó por dos.
En
segundo lugar, se produjo una modificación de la naturaleza del mercado mundial
de commodities, como consecuencia de la irrupción de China e India en la
demanda internacional.
China
se convirtió en el mayor consumidor de 4 de las 5 principales materias primas;
y el precio de los commodities se convirtió en una función de la demanda de la República Popular
, a diferencia de lo que había sucedido hasta 1991, en que dependía del ciclo
estadounidense.
En
tercer lugar, China se convirtió en la mayor exportadora mundial de capitales,
y en acreedora neta de la economía global. La consecuencia de esta
transformación estructural del mercado mundial de capitales fue el mayor boom
de crédito de la historia, ante todo en los países avanzados, origen de la
crisis financiera global de 2008 y 2009.
LOCOMOTORA
DE LA ECONOMÍA
MUNDIAL
China
se ha transformado “en la usina del crecimiento global” y, dice la OCDE , y agrega que un papel
semejante ha asumido Brasil, sólo que en el plano de la agricultura y la
producción de alimentos, así como el de Arabia Saudita lo es en petróleo y gas.
China
es “el más potente instrumento de reducción de la pobreza en la primera década
del siglo XXI”[3]. El porcentaje de la población
china que vivía con menos de 1 dólar diario era de 84% en 1991 y hoy es menos
del 15%. En el mismo período, la pobreza en India –con 1.100 millones de
habitantes, una sexta parte de la población mundial– cayó de 60% al 42%.
Lo
más importante de la irrupción de China e India en la economía mundial es la
modificación estructural que ha provocado en los términos de intercambio
globales (precios relativos de las exportaciones vs. precios relativos de las
importaciones).
La
consecuencia ha sido que, para el resto de los países emergentes,
desaparecieron las ventajas comparativas en los productos industriales
trabajo-intensivos y reaparecieron, en gran escala, las ventajas comparativas
en la producción de commodities y materias primas.
Esta
es la mayor implicancia estratégica que tiene este proceso para el resto de los
países emergentes, ante todo en América Latina y África. Su estrategia de
desarrollo surge ahora por necesidad del cambio irreversible de los términos de
intercambio.
UBICACIÓN DE LA ARGENTINA
A
partir de 2008, la masa del ahorro mundial se dirige hacia el mundo emergente y
ha dejado de financiar al mundo avanzado. El giro en la direccionalidad del
flujo global de capitales significa que el ahorro mundial está en búsqueda de
mejores oportunidades de inversión, que son las que ofrecen el crecimiento de
los países emergentes, cuyo ritmo duplica y triplica al de los paises altamente
desarrollados. El mundo emergente responde hoy por 80% del crecimiento de la
economía mundial.
Esto
hace que la Argentina
coloque en el mercado mundial la masa de su producción agroalimentaria,
mientras que sus competidores lo hacen con el saldo que les resta después de
satisfacer las necesidades de consumo de sus gigantescos mercados internos.
Por
eso la importancia de la
Argentina en el mercado mundial como exportadora de alimentos
es aún mayor que la de su condición de productora.
A
esta particularidad, hay que sumarle que el agro argentino se ha convertido en
los últimos veinte años en el más competitivo del mundo, incluso superior en
niveles de productividad e innovación a los del Medio Oeste norteamericano, lo
que se refleja en el hecho de que sus costos de producción son aproximadamente
un 30% inferiores en la Argentina
que en Estados Unidos.
LOS
MERCADOS DEL PACÍFICO
Esto
sucede cuando, según las previsiones de la OCDE y de la FAO ; la demanda mundial de alimentos se duplica
en los próximos 20 años, con precios récords en el mercado mundial.
El
eje de esa demanda mundial de alimentos está en Asia (China, India y el resto
de la región) y esto ocurre cuando la población china, arrastrada por la nueva
clase media urbana, se encuentra en pleno proceso de transición dietaria, por
el vuelco del consumo de alimentos desde los granos y vegetales a las carnes
rojas y en particular porcinas.
China
faena 600 millones de cabezas de ganado porcino por año y los dos insumos
fundamentales para la alimentación de esos animales son la soja y el maíz.
En
el 2000, la importación de soja en China era igual a cero. En 2001 alcanzó a 55
millones de toneladas y este año será de 70 millones.
La
soja en el mundo proviene de tres países: Estados Unidos, Brasil y la Argentina. Estos
tres países son responsables del 80% de la cosecha mundial y 90% de las
exportaciones. El 60% de esas exportaciones van a China.
Ahora
China comenzó también a importar maíz. Este año compró más de 15 millones de
toneladas. Si China adquiere en el exterior el 20% de su demanda de maíz,
sus importaciones ascenderían a 80 millones de toneladas. En la actualidad,
Estados Unidos exporta 90 millones de toneladas de maíz. La Argentina exporta 17
millones y es el segundo exportador mundial.
DOS
PRIORIDADES ESTRATÉGICAS
Un
factor estratégicamente relevante para la Argentina es lo que sucede en Brasil, erigido en
la sexta potencia económica mundial.
Brasil
es el “país-espejo” de la
Argentina en el mundo en esta segunda década del siglo XXI.
En 2011, Brasil atrajo 66.500 millones de dólares en inversión extranjera
directa. Es el tercer país del mundo en materia de inversiones, detrás de
Estados Unidos y China.
El
46% de esos 66.500 millones de dólares se dirige hacia la producción
manufacturera. Brasil aprovecha esta extraordinaria oportunidad histórica para,
a partir de los beneficios que surgen de la producción agroalimentaria y
minerales,reconvertir y aumentar la productividad de su industria
manufacturera, mientras se transforma en un anillo cada vez más integrado de la
cadena transnacional de producción industrial, que es el núcleo estructural de
la globalización.
La
profundización de la alianza con Brasil y el vuelco hacia China y las economías
emergentes del Asia Pacífico, lo que supone el fortalecimiento de la asociación
con Chile, constituyen las dos prioridades estratégicas de la Argentina en esta
segunda década del siglo XXI.
[1] Gordon H. Hanson,
Raymond J. Mataloni, Jr, Matthew J. Slaughter, “Vertical Production Networks
in Multinational Firms”, Working Paper 9723, National Bureau of Economic
Research, May 2003.
[2] Ibíd.
[3] Ibíd..
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