Por Juan Maya
La Doctrina Justicialista tiene como finalidad suprema alcanzar la felicidad del Pueblo y la grandeza de la Nación, mediante la Justicia Social, la Independencia Económica y la Soberanía Política, armonizando los valores materiales con los valores espirituales y los derechos del individuo con los derechos de la sociedad.
Son altos objetivos a los que solo es posible acercarse en la medida que se desarrolle una política sistemática y sostenida en el tiempo.
El peronismo es un movimiento que nació de los hechos concretos no se proclama sino que se manifiesta en la acción concreta.
Tras la muerte del viejo líder en 1974, ninguno de los actores posteriores que dijeron representar al peronismo cumplió plenamente con esa premisa de la Doctrina Justicialista que era alcanzar la felicidad del pueblo. A veces, algunas políticas que podían ser consideradas peronistas quedaban empañadas o tapadas completamente por otras contrarias a ese objetivo supremo. Por caso podemos señalar durante la gestión kirchnerista la Asignación Universal por hijo otorgada en su momento por el gobierno. Aún los peronistas en la oposición reconocían que esa medida era de neto corte justicialista. Sin embargo, muchas otras del oficialismo fueron haciendo perder de vista lo interesante de esa decisión.
El Justicialismo, con Perón en vida, se caracterizó por el desarrollo y la puesta en práctica de políticas para las mayorías del pueblo buscando proteger también a las minorías en el marco de una democracia. Es decir, proteger los derechos del individuo pero balanceando esos derechos con los de la sociedad en su conjunto, buscando el equilibrio propio de toda Comunidad Organizada. No es una tarea sencilla claro, el kirchnerismo en cambio, se caracterizó por la puesta en marcha de políticas de las minorías impuestas como progresistas al conjunto de la sociedad. Es decir lo contrario de la Doctrina Justicialista.
Un gobierno poco feliz En la actualidad, las propias políticas del oficialismo lo fueron encerrando en sí mismo al gobierno, y se podría decir que su estrella está menguando. La pérdida de credibilidad del kirchnerismo en amplios sectores de la sociedad quedó reflejada en el 2012 con los cacerolazos del 13 de septiembre, el del 8 de noviembre y posteriormente la huelga general del 20 de ese mismo mes y marcaron el ritmo de ese ocaso en el final del año pasado. Durante el segundo semestre del año la propaganda oficial hizo pensar que las profecías mayas se adelantarían para el 7 de diciembre y que después de esa fecha todo iba a cambiar en la Argentina, la “corpo”, es decir el grupo Clarín sería destruido y la vida nuevamente brotaría de las ruinas. Nada de eso pasó y el festival que organizaron el 9 de diciembre para festejar debió rápidamente cambiar el motivo del espectáculo “popular” con artistas pagos, ahora sería la celebración de los 29 años del recomienzo de la democracia en el país. ¿Curioso no? En general se celebran o conmemoran los números redondos, digamos los que terminan en 0 o en 5 no en 9, en fin... Afortunadamente para Cristina el Tribunal del Mar falló a favor de la Argentina en el affaire de la fragata Libertad retenida -por errores propios de la diplomacia vernácula- durante más o menos 2 meses en Ghana. Esto le permitió a la presidente volver a ladrar a los fondos buitres diciendo que no les iba a pagar ni un centavo y que les deseaba que un rayo los parta al medio, etc. pero por otro lado negocian en Nueva York algún tipo de acuerdo. ¿En qué quedamos?
La fragata Libertad y Homero (no es Simpsons) Todo esto de la fragata -finalmente de regreso a nuestro país- permitió “armar” otro festival partidario, esta vez en Mar del Plata para recibirla. La señora presidente comparó el regreso del navío insignia con el retorno de Ulises que se relata en la Odisea de Homero. ¿Cristina habrá leído la Odisea? Para que existiese una Odisea, primero debió existir una Ilíada, una épica heroica, una guerra de conquista, en ese caso fue sobre la mítica ciudad de Troya. ¿Cuál fue la Troya que conquistamos? Una pregunta de fácil respuesta que se las dejo a ustedes. Lo que aún no sabemos (pero sospechamos, aunque no lo digo ahora para favorecer la imaginación de los lectores) cuál puede ser el caballo de Troya que nos van a meter. Pero, supongamos que sí es posible la comparación y, efectivamente, como dijo Cristina lo de la fragata es comparable con la Odisea, pero ese retorno en la historia de Homero es una reconciliación con el tiempo histórico y humano. No se ven señales de reconciliación sino más bien aliento de vientos de enfrentamiento. Para muestra queda para el análisis antropológico la carta que la primera mandataria le dedicó al actor Ricardo Darín, quien se atrevió a poner en palabras lo que millones de argentinos nos preguntamos a diario. Finalmente volviendo a la Odisea, ¿podemos pensar que Cristina podría ser similar a Penélope que se pasó 20 años tejiendo una prenda de día con la promesa que al terminarla elegiría a uno de los galanes y destejiendo de noche para resistir a los pretendientes que deseaban ocupar el lugar de Ulises en el reino de Ítaca? De lo que sí estamos seguros es que Máximo no puede ser comparado con Telémaco, el hijo de Ulises, no había play station en aquélla época.
El peronismo disperso Todo esto es posible, entre otras cosas por la diáspora justicialista. Múltiples “sellos”, más grandes o más chiquitos, giran y dan vueltas pero no representan a nadie o a casi nadie. Este año será un año electoral, de término medio como les gusta decir a los americanos del norte, preparatorio de la “madre” de todas las batallas que será en 2015. Sin duda quienes emerjan victoriosos este año estarán en la “pole potitión” para la presidencial, aunque, ya lo sabemos, la dinámica misma de la política suele desmentir los hechos que hoy parecen blancos y en pocos meses se ven negros. No obstante, no hay duda en la cabeza de cualquier observador que si esos múltiples grupos o grupitos no se unen mediante un “hilo de plata” la cuesta será más empinada que nunca y más difícil de escalar que el cerro Uritorco (al menos para mi que ya no tengo estado físico).
La promesa debe convertirse en realidad. Los principales actores de la oposición, especialmente los dirigentes sindicales tienen las palabras clave en sus bocas parafraseando a Perón: “Unanse, sean hoy más hermanos que nunca, sobre esa hermandad a de levantarse en esta hermosa patria la unidad de todos los argentinos”.
La Doctrina Justicialista tiene como finalidad suprema alcanzar la felicidad del Pueblo y la grandeza de la Nación, mediante la Justicia Social, la Independencia Económica y la Soberanía Política, armonizando los valores materiales con los valores espirituales y los derechos del individuo con los derechos de la sociedad.
Son altos objetivos a los que solo es posible acercarse en la medida que se desarrolle una política sistemática y sostenida en el tiempo.
El peronismo es un movimiento que nació de los hechos concretos no se proclama sino que se manifiesta en la acción concreta.
Tras la muerte del viejo líder en 1974, ninguno de los actores posteriores que dijeron representar al peronismo cumplió plenamente con esa premisa de la Doctrina Justicialista que era alcanzar la felicidad del pueblo. A veces, algunas políticas que podían ser consideradas peronistas quedaban empañadas o tapadas completamente por otras contrarias a ese objetivo supremo. Por caso podemos señalar durante la gestión kirchnerista la Asignación Universal por hijo otorgada en su momento por el gobierno. Aún los peronistas en la oposición reconocían que esa medida era de neto corte justicialista. Sin embargo, muchas otras del oficialismo fueron haciendo perder de vista lo interesante de esa decisión.
El Justicialismo, con Perón en vida, se caracterizó por el desarrollo y la puesta en práctica de políticas para las mayorías del pueblo buscando proteger también a las minorías en el marco de una democracia. Es decir, proteger los derechos del individuo pero balanceando esos derechos con los de la sociedad en su conjunto, buscando el equilibrio propio de toda Comunidad Organizada. No es una tarea sencilla claro, el kirchnerismo en cambio, se caracterizó por la puesta en marcha de políticas de las minorías impuestas como progresistas al conjunto de la sociedad. Es decir lo contrario de la Doctrina Justicialista.
Un gobierno poco feliz En la actualidad, las propias políticas del oficialismo lo fueron encerrando en sí mismo al gobierno, y se podría decir que su estrella está menguando. La pérdida de credibilidad del kirchnerismo en amplios sectores de la sociedad quedó reflejada en el 2012 con los cacerolazos del 13 de septiembre, el del 8 de noviembre y posteriormente la huelga general del 20 de ese mismo mes y marcaron el ritmo de ese ocaso en el final del año pasado. Durante el segundo semestre del año la propaganda oficial hizo pensar que las profecías mayas se adelantarían para el 7 de diciembre y que después de esa fecha todo iba a cambiar en la Argentina, la “corpo”, es decir el grupo Clarín sería destruido y la vida nuevamente brotaría de las ruinas. Nada de eso pasó y el festival que organizaron el 9 de diciembre para festejar debió rápidamente cambiar el motivo del espectáculo “popular” con artistas pagos, ahora sería la celebración de los 29 años del recomienzo de la democracia en el país. ¿Curioso no? En general se celebran o conmemoran los números redondos, digamos los que terminan en 0 o en 5 no en 9, en fin... Afortunadamente para Cristina el Tribunal del Mar falló a favor de la Argentina en el affaire de la fragata Libertad retenida -por errores propios de la diplomacia vernácula- durante más o menos 2 meses en Ghana. Esto le permitió a la presidente volver a ladrar a los fondos buitres diciendo que no les iba a pagar ni un centavo y que les deseaba que un rayo los parta al medio, etc. pero por otro lado negocian en Nueva York algún tipo de acuerdo. ¿En qué quedamos?
La fragata Libertad y Homero (no es Simpsons) Todo esto de la fragata -finalmente de regreso a nuestro país- permitió “armar” otro festival partidario, esta vez en Mar del Plata para recibirla. La señora presidente comparó el regreso del navío insignia con el retorno de Ulises que se relata en la Odisea de Homero. ¿Cristina habrá leído la Odisea? Para que existiese una Odisea, primero debió existir una Ilíada, una épica heroica, una guerra de conquista, en ese caso fue sobre la mítica ciudad de Troya. ¿Cuál fue la Troya que conquistamos? Una pregunta de fácil respuesta que se las dejo a ustedes. Lo que aún no sabemos (pero sospechamos, aunque no lo digo ahora para favorecer la imaginación de los lectores) cuál puede ser el caballo de Troya que nos van a meter. Pero, supongamos que sí es posible la comparación y, efectivamente, como dijo Cristina lo de la fragata es comparable con la Odisea, pero ese retorno en la historia de Homero es una reconciliación con el tiempo histórico y humano. No se ven señales de reconciliación sino más bien aliento de vientos de enfrentamiento. Para muestra queda para el análisis antropológico la carta que la primera mandataria le dedicó al actor Ricardo Darín, quien se atrevió a poner en palabras lo que millones de argentinos nos preguntamos a diario. Finalmente volviendo a la Odisea, ¿podemos pensar que Cristina podría ser similar a Penélope que se pasó 20 años tejiendo una prenda de día con la promesa que al terminarla elegiría a uno de los galanes y destejiendo de noche para resistir a los pretendientes que deseaban ocupar el lugar de Ulises en el reino de Ítaca? De lo que sí estamos seguros es que Máximo no puede ser comparado con Telémaco, el hijo de Ulises, no había play station en aquélla época.
El peronismo disperso Todo esto es posible, entre otras cosas por la diáspora justicialista. Múltiples “sellos”, más grandes o más chiquitos, giran y dan vueltas pero no representan a nadie o a casi nadie. Este año será un año electoral, de término medio como les gusta decir a los americanos del norte, preparatorio de la “madre” de todas las batallas que será en 2015. Sin duda quienes emerjan victoriosos este año estarán en la “pole potitión” para la presidencial, aunque, ya lo sabemos, la dinámica misma de la política suele desmentir los hechos que hoy parecen blancos y en pocos meses se ven negros. No obstante, no hay duda en la cabeza de cualquier observador que si esos múltiples grupos o grupitos no se unen mediante un “hilo de plata” la cuesta será más empinada que nunca y más difícil de escalar que el cerro Uritorco (al menos para mi que ya no tengo estado físico).
La promesa debe convertirse en realidad. Los principales actores de la oposición, especialmente los dirigentes sindicales tienen las palabras clave en sus bocas parafraseando a Perón: “Unanse, sean hoy más hermanos que nunca, sobre esa hermandad a de levantarse en esta hermosa patria la unidad de todos los argentinos”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario