El Foro de Pensamiento Peronista fue fundado en 2012 por un grupo de políticos e intelectuales del peronismo con el fin de discernir ideas y hechos que desplieguen el rico y vigente pensamiento estratégico del Gral. Juan Domingo Perón, e intervenir así en la lucha político-cultural de la Argentina. Tras las derrotas de 2015 y 2017, nos animó la reunificación del peronismo como base de la recreación de un gran Movimiento Nacional , y ofrecer a nuestro pueblo una alternativa triunfante, logro que finalmente se obtuvo a partir de la victoria en 2019 del Frente de Todos, encabezado por el compañero Alberto Fernández.

20 de marzo de 2013

PANORAMA NACIONAL AL 18 DE MARZO DE 2013



Por Ricardo Auer

Hubo un claro enfrentamiento entre el cristi-kirchnerismo camporista y el cardenal Jorge Bergoglio. Probablemente no ocurra lo mismo con el Papa Francisco, quien seguramente se ocupará primordialmente de una gran diversidad de problemas inherentes a la propia Iglesia y a una expansión de su influencia mundial. Lejos estará Francisco de convertirse en un exorcista de los problemas argentinos. Por la magnitud de su influencia mundial, no podría ser jamás un Papa “peronista”, a pesar de su conformación doctrinaria, afín a la del justicialismo.


La coexistencia pacífica será entre los Estados (Argentina y Vaticano). Pero seguramente habrá efectos colaterales y locales del ascenso a Papa de un argentino, a semejanza de lo ocurrido con Wojtyla en Polonia. Entre ellos probablemente renacerá la esperanza, que una Argentina más tolerante y abierta a un diálogo fraterno, es posible. No debemos olvidar que Bergoglio nunca se llevó bien ni con el menemismo ni con el kirchnerismo.

Francisco tiene que resolver las desviaciones internas de la doctrina cristiana, en la búsqueda de su verdadera identidad, comunicando “la verdad, la bondad y la belleza”. Su desafío es no transformarse en una “ONG caritativa”. Tendrá que luchar arduamente para lograr transmitir e insertar más de espiritualidad a los pueblos del mundo arrasados por el consumismo, el hedonismo, la destrucción ecológica, la injusticia distributiva; su desafío es superar el espíritu materialista (de todos los signos) que deja al hombre como un simple consumidor animalizado y despojado de su propia humanidad. Algo parecidos son los desafíos argentinos y en particular del peronismo. Sus enormes desvíos doctrinarios y personales han causado y siguen causando mucho daño al pueblo y a su estructura social y económica. La primera es su alejamiento de la verdad y de la bondad. Se miente descaradamente con hipocresía mayor y en lugar de predicar el Bien Común, se busca el enfrentamiento como herramienta de control político. Los pecados personales son un torrente imparable: encontrar algo de humildad o de desprendimiento patriótico en algún personaje político es más difícil que encontrar un aguja en un pajar; la supina soberbia es un pecado de lesa humanidad, cada vez más evidente. La austeridad brilla por su ausencia; el despilfarro material y comunicacional de ciertas autoridades políticas, empresariales, sindicales y judiciales es un insulto a la razón más elemental; “el documento de la Iglesia no le importa a nadie” (Boudou, diciembre 2012)

No esperemos todo de un nuevo Mesías y salvador de lo que no sepamos hacer como pueblo. No le servirá a ningún político opositor “colgarse de la sotana”. No esperemos que una visita papal nos movilice para luchar por nuestros ideales. La agenda política que necesita ser tratada y que no coincide con la del oficialismo, debe ser expuesta como herramienta de acercamiento político con la gente y con otros sectores políticos. Pelear por la verdad necesita una estrategia sin tiempo, que sólo pueden conducirlas dirigentes libres, sin urgencias tácticas, pero con la agenda correcta.

El pueblo argentino también deberá cambiar su extrema tolerancia con la corrupción, con la mentira, con la falta de espiritualidad, con la soberbia, con el autoritarismo, con el descaro de la opulencia mal habida. Sin ese cambio sensible, no habrá “dirigente político” que pueda conducir los cambios hacia el rumbo apropiado. Con sencillez y firmeza. Con más valores éticos y menos bursátiles. Con más verdad y menos “abuso del poder”. Con una CAUSA política y cultural que encarne los valores a desarrollar en esta etapa; porque esa CAUSA es la única portadora de un cambio real y profundo; evidentemente muy necesario Pese a la fugacidad de los liderazgos y lo provisorio de todas las situaciones, el oficialismo ha mostrado claramente sus cartas: quiere la re-re, mediante una reforma constitucional (vía elecciones a diputados y senadores) o por cualquier otro medio. El plebiscito es uno de ellos. El fraude generalizado o el “apriete personal” son otros. Y hay más. Su agenda se nutre del relativismo, el clientelismo y la mentira sistemática. Su filosofía materialista mira más el valor de la soja, porque así “mide” la magnitud del clientelismo a aplicar, que alguna idea de trascendencia o relacionada al Bien Común. El oficialismo no pretende modificar sustancialmente la realidad; sólo quiere seguir jugando con las aspiraciones y necesidades del pueblo argentino, para su beneficio personal.

No hay comentarios:

Publicar un comentario